Es bien sabido que dependiendo de la forma en que viviste tu infancia es como reaccionas hoy ante la vida, pero ¿Por qué? ¿Conoces la explicación de esto?

Nadie te enseñó a ser padre, nadie te dijo lo que debías hacer para que al ser humano que estás formando le vaya bien en la vida.
Todo mundo hace lo mejor que puede, bajo su propia experiencia y percepción.
Y es hasta hace poco que gracias a investigaciones realizadas con encefalogramas y, llevadas a cabo con la finalidad de conocer la forma en que las personas almacenan la información, se sabe que en determinadas etapas de la vida predominan ciertas frecuencias electroencefalográficas, siendo más bajas entre más joven es la persona.
Ondas con las que opera mayormente el cerebro según la Edad
| Estado de la persona | Ondas que predominan | Estado de la persona |
| De 0 a 2 años | Ondas delta: 0,5 a 4 Hz poca presencia de ondas más altas | Sugestión |
| De 2 a 6 años | Predominan Ondas theta: 4-8 Hz | Sugestión |
| De 6 a 11 años | Ondas alfa: 8-12 Hz | Relajación |
| Alrededor de 12 | Periodos mantenidos de Ondas beta (12-35 Hz) | Concentración (como cuando se está leyendo un libro) |
| Se puede incrementar la actividad cerebral hasta (>35 Hz) Ondas gamma | Máximo rendimiento o estrés, donde se requiere de una respuesta rápida |
(Lipton, 2010)
Durante las primeras etapas de la vida del ser humano, el cerebro opera mayormente con ondas sugestionables; es decir, es el momento en el que el niño graba la información de su entorno, su comunidad, su familia para después reproducirla y a partir de ahí, formar sus propias creencias.
Es en este momento cuando el niño se hace una imagen sobre sí mismo, tomando cada palabra que le han dicho como verdad absoluta; frases como “eres muy inteligente” o “tú no puedes”, «eres un tonto» son guardadas en su inconsciente para determinar la forma en que tomará su vida.
En esa etapa, el niño no solo guarda información de las personas con las que convive; si no también experiencias que son altamente significativas para él y que determinarán sus constantes búsquedas.
Por ejemplo, cuando una persona busca reconocimiento en muchos de los casos es debido a que muy probablemente durante su niñez vivió alguna situación en la que requería de la atención y el apoyo de sus padres, quienes quizá sin darse cuenta se la negaron.
Lo que sucede por ejemplo, cuando al correr dos hermanos se tropiezan y, los padres se apresuran instintivamente para levantar al más pequeño, haciendo “sin querer” a un lado al más grande.
Y no es que vayas por la calle pensando lo que hicieron o no tus padres, simplemente son hechos que quedan almacenados en el inconsciente para salir a la luz a través de diferentes conductas, como el ser excesivamente complaciente, comprar constantemente obsequios para otros, cambiar la «identidad» con la intención de formar parte de algún grupo, o bien, respondiendo con una comunicación agresiva, entre algunas formas.
Es un momento decisivo para la formación de la persona, quien desde que está en el vientre sólo debe recibir amor, atención, protección, seguridad, reconocimiento y tener una figura digna de admiración.
¿Qué hago con lo que yo viví?
- Primero debes reconocer aquello que no está bien en ti, porque por ejemplo, es común encontrar personas que siendo agresivas, creen que están poniendo límites a los demás.
- Una vez que sabes que lo debes trabajar, cierra los ojos y pide a tu Yo Superior que te muestre dónde está el origen de eso.
- Dependiendo del origen, escribe una carta a tu padre/madre diciendo lo mucho que lo necesitabas en ese momento, desahógate.
- Cierra tus ojos y pide a tu Yo Superior que te muestre lo que hizo por ti tu padre/madre y permítete vivirlo. De ellos proviene tu vida.
- Agradece
No dejes pasar toda oportunidad para ser mejor persona. Hazlo por ti y por tus hijos.
Fuente: Lipton, B. (2010). La Biología de la Creencia. Madrid, España: Gaia Ediciones
