¿Te ha pasado que estás bien y de pronto sientes miedo?

Días pasados, después de hacer ejercicio, encontré en la planta de mi pie un enorme moretón que corría para mostrarse al frente de los dedos. Se veía algo escandaloso.
Fui al angiólogo y mientras estaba con él, escuchando el sonido que hacían mis venas aunado a la revisión exhaustiva con instrucciones de: levante, mueva, doble, ahora del otro lado, empecé a sentir nerviosismo; si… bajé mi vibración.
Fue hasta más tarde que hice consciencia:
Miedo consciente: Recordé cuando era niña y visitaba al médico. A lo largo de mi vida tuve tres cirugías y pasé por varios estudios. Identifiqué al nerviosismo como miedo.
Miedo inconsciente: Al indagar en mi subconsciente resultó ser miedo al presente, a perder seguridad, a disfrutar… si ¡¡a disfrutar!!
A veces sucede que cuando todo marcha bien te autosaboteas porque no te la crees, ¿Cómo es posible que estés bien? Entonces creas una realidad que confirme tu pensamiento, pero más que tu pensamiento tu sentir (el 95% de tu actuar proviene de tu subconsciente).
Por supuesto que no te la crees porque en tus memorias existen ciertos traumas que han generado miedos; ha sido una batalla constante.
Y en ese momento, cuando permites que el miedo hable, la mente toma el control.
Resultó que de alguna forma durante el ejercicio golpee un vaso sanguíneo que se reventó e hizo mucho escándalo. Eso me hizo pensar:
- En el vivir del día a día hay eventos que detonan memorias que pensabas habías librado
- Identificas cuando algo no está bien en ti porque sientes emociones no gratas
- Cuando entra la emoción no grata, la mente empieza a tomar el control como una mancha que se va expandiendo, a menos que hagas algo para detenerla
- Alrededor de la situación que causa la emoción no grata hay una serie de pensamientos que despiertan más memorias que acompañan más miedos; es la baraja enfilada para tirar al resto
- Hay dos opciones: dejar que pase como cualquier día; o bien, tomar acción y buscar sanarlo de alguna forma.
Este fue un miedo identificable, pero hay otros de los que sólo te percatas cuando:
- Lo que tanto deseas no se da
- Hay algo que parece fácil para otros para ti no lo es
- Se manifiesta un malestar físico.
Sólo por citar algunos ejemplos.
Piensa en un evento que despertó un miedo en ti y pregúntate ¿Qué estaba viviendo yo en ese momento? ¿Qué sentía? ¿Quién era yo cuando eso sucedió? ¿Me estoy autosaboteando?
Siempre existe una solución y hay diferentes formas para sanar; busca la que te haga sentir mejor.
