Tu mejor terapeuta

Buscas muchas opciones, pero ¿sabes en realidad quién es tu mejor terapeuta?

Estamos viviendo un momento en el que cada vez más personas se interesan en su bienestar, buscando no sólo una salud física, sino también emocional e incluso espiritual, interesados en encontrar el origen del padecimiento con el fin de evitarlo.

Sin embargo, hay un punto que quizás no has considerado y que es la base para iniciar el proceso de sanación: Tu cuerpo.

Si, tu cuerpo es quien te dice cómo estás y lo que debes sanar.

Tu cuerpo no sólo te muestra a través de un órgano lastimado que hay algo en ti que está en desequilibrio.

Actualmente hay mucha información sobre lo que un padecimiento puede significar emocionalmente; por ejemplo, la diabetes hace referencia una tristeza profunda y el hígado a problemas de ira y frustración.

Pero ¿Por qué esperar a que se manifieste la enfermedad? El cuerpo como tu terapeuta te muestra claramente el significado que le estás dando a cada situación, te muestra si te sientes bien o no con lo que está sucediendo.

Cuando tu jefe te dice algo que te incomoda o que te parece injusto sientes cómo tu cuerpo se tensa, tus facciones se endurecen, sabes que algo no está bien. Y después, el dolor aparece.

En cambio, si estás emocionado tu cuerpo desea moverse, sonreír, brincar, expandirse. Tu cuerpo está motivado.

Tú puedes detectar claramente cuando sientes tristeza, miedo, ansiedad, pero lo común es ignorarlo y seguir como si nada; o peor aún, saber -pero no percibir- que lo que sucedió te hizo sentir mal y continuar con la misma situación.

¿Cómo aprender a escuchar a tu cuerpo?

  • Detente y respira profundo. Corriendo de un lado a otro no te das tiempo para sentir. Respira profundo y date la pausa para sentir lo que estás viviendo.
  • En tu cuerpo. Pregúntate ¿Cómo es el ritmo de tu respiración?, ¿Qué tanto parpadeas?, ¿Cómo es tu voz, su timbre y volumen?; ¿Tu cuerpo está rígido, caliente, relajado, encorvado o alineado? ¿Qué sientes? ¿Dónde lo sientes?, ¿Qué sucedió que apareció esa sensación?
  • En tu mente. ¿Qué te estás diciendo? Esto es importante porque al descubrir lo que te perturba te darás cuenta de que generalmente suele ser la misma situación disfrazada para diferentes contextos.
  • Revisa tus opciones. ¿Qué puedes hacer para transformar lo que pasó y que te generó la incomodidad? ¿Con qué herramientas cuentas? ¿Tienes el tiempo, las creencias, las capacidades para modificar lo que te incomodó? Y entonces ¿Qué harás?

Ejercicio: Escribe un diario de lo que te molesta o incomoda y trabaja en ello antes de que se manifieste como enfermedad.

En Carolina Mart encontrarás terapias que te ayudarán a sanarlo.

4 respuestas

  1. Me encanta todo lo que escribes,y por otro lado entro un poco en conflicto por no saber cómo manejar o ni siquiera darme cuenta de lo que está pasando,mi cuerpo me está mostrando algo y no se que es,

    1. Si hay algo que incomoda o no se siente bien, con eso tienes para darte cuenta que debes cambiar algo. Un abrazo